domingo, 20 de junio de 2010

Esc. Prim. "Benito Juárez"




Escuela Primaria "Benito Juarez", Turno: Matutino.

Ave. San Mateo Nopala s/n, Naucalpan, México.

En nuestra escuela laboramos 9 compañeros, cuatro son compañeras profesoras, y los 5 restantes son maestros, sin contar a la Profra. Ma. Antonieta Moreno Romero, que es nuestra directora en este centro escolar.

Desconozco la historia de nuestra escuela pero es una muy buena institucion en el que atendemos un promedio de 270 alumnos.

en este mismo edificio funciona en el turno vespertino la escuela primaria Niños Heroes,

es de facil acceso por que esta ubicada en la avenida principal del pueblo de San Mateo Nopala, podemos tomar en san bartolo naucalpan, en la ave. gustavo baz, una microbus que tenga el letrero de colinas, o de rincon verde, y lo deja en la acera de enfrente de la escuela.

Bueno espero que conozcan algun día nuestra escuela, les va a encantar.

Saludos.

domingo, 30 de mayo de 2010

Instrumento para el cálculo: los dedos.

Instrumento para el cálculo: los dedos.
Umberto Cattabrini.

La enseñanza de las matemáticas y del cálculo aritmético se valió, desde siempre, de instrumentos y materiales que favorecían la manipulación directa de las cantidades por parte de los niños, a partir del más cómodo de los instrumentos(los dedos) hasta llegar a los más sofisticados y recientes bloques aritméticos multibase. El joven Horacio, con su exigente maestro Orbilio, utilizaba el ábaco (del latín abacus, a su vez del griego abakion = rellano, repisa, tablita) y las piedritas (callculli); jóvenes y adultos entre los incas usaban cuerdecillas con nudos (los quipu, cuyo significado es precisamente “nudo”), y en épocas lejanas, en oriente, ya estaba difundido aquel ábaco transformado que es el tablero contador. Novedad de nuestros tiempos han sido los números de colores Cuisenaire-Gettegno y otros materiales denominados estructurados, que tienen la particularidad de exaltar la esencia del número natural, quitando el objeto manejable muchas posibles interferencias perceptivas.
Hoy en día, la didáctica de la matemática a nivel primaria ha introducido también el uso y el estudio de la moderna maquina de calcular de bolsillo pero, en un primer nivel de acercamiento, son todavía las antiguas piedritas—transformadas en cubitos, bolitas o discos, antes de madera y ahora de plástico—las que predominan en los primeros grados de primaria y también en el preescolar. Los que por el contario nunca tuvieron, en nuestra escuela, una respetuosa aceptación son los dedos. Anteriormente, porque toda la enseñanza aritmética se fundamenta sobre la memorización, hoy, tal vez, porque se considera a la mano un medio menos “científico” con respecto a aquellos materiales comercializados bajo el rubro de 2especificos de la escuela”. A pesar de la aversión de los maestros, bajo los pupitres, fuera de su vista, los dedos de los niños siempre siguieron torciéndose en la búsqueda de cuanto suman 2 + 3; 5 + 4, etc. En épocas pasadas, calcular por medio de los dedos, falanges y coyunturas de la mano era solo objeto de estudio sino que había alcanzado niveles de alta perfección inclusive para valores numéricos muy elevados. Tire entonces la primera piedra aquel maestro que al hacer una lista de hechos u objetos no se valga de los dedos como signo-imagen de memoria o que, frecuentemente sin darse cuenta, no use los dedos especialmente para los cálculos sobre medidas sencillas como aquellas que conciernen al tiempo; el tiempo pasado entre dos momentos de la jornada, la duración de un viaje, la distancia entre los días de una o más semanas. Total que los dedos los tenemos, y dado que el hecho de ser ellos diez origina nuestro sistema de numeración, no hay ninguna razón para no utilizarlos, pero con la sagacidad de no pensar que, sobre el plan didáctico, los dedos pueden transformarse en el único modo para contar y hacer cálculos sencillos. En efecto, como afirma M. Kline (La matematica nella occidentale): “dado que el cálculo se facilita con el uso de los dedos de la mano y de los pies, no tiene porque extrañarnos que el hombre primitivo, igual que los niños, usara los dedos para llevar el control y pasar una a una las cosas contadas. Huellas de este antiguo modo de pensar se encuentran en las lenguas modernas; en ingles el vocablo digit (latín digitus = dedo) significa no solo cifra sino también dedo”.
Los dedos en la escuela pueden usarse en actividades divertidas, útiles para dar seguridad en los primeros cálculos y para construir y memorizar las tablas de las cuatro operaciones aritméticas de base. El primer acercamiento con los dedos para indicar los números es usado comúnmente por los padres cuando a los niños todavía chiquitos les enseñan a decir su propia edad levantando uno, dos o tres dedos desde la mano cerrada o cuando les enseñan a hacer la primera correspondencia biunívoca entre el conjunto de dedos que hay que levantar y el de las velitas del pastel de cumpleaños, así como para otras situaciones en que hay que declarar pequeñas cantidades de cosas (galletas, chocolatitos y demás). Los dedos son, de este modo, el medio a través del cual gran parte de los adultos encaminan a los niños hacia el numero y su nombre correspondiente.
Durante la educación preescolar esta relación numero-dedos se refuerza a medida que el niño empieza a extender sus experiencias sobre gran cantidad de cosas y afronta los primeros problemas orales con sumas y restas. Por ejemplo:
_ Tienes 3 chocolatitos, si yo te regalo otros 5, ¿Cuántos tendrás?
_Tienes 7 chocolatitos, si me das 2, ¿con cuántos te quedas?
_ En esta bolsita hay 5 chocolatitos rojos y 4 amarillos, ¿Cuántos son en total?
_ tenía 10 chocolatitos, he dado una parte a un niño, ahora tengo solo 6. ¿Cuántos chocolates le di?


En los primeros dos años.
Así, en los primeros años, los dedos forman parte del bagaje instrumental de cálculo de un niño al ingresar a la escuela primaria. Su uso es todavía limitada a un dedo por unidad lo que hace posible el cálculo de sumas y restas que no sobrepasen el 10 y permite “ver” solo el doble de los números de uno a cinco y la mitad de diez o de los números pares menores que este. Por esto, después del descubrimiento de la decena, en situaciones problemas que quedan dentro del 20, puede ser útil para los niños trabajar en parejas, de manera que tengan a disposición los dedos de cuatro manos. Esto favorece, además, un provechoso intercambio de ideas sobre la modalidad de resolución y sobre cómo llegar a la misma “contando” con los dedos; si esto provoca en la pareja diversas opiniones sobre cómo proceder, será ganancia en relación a los fines del aprendizaje.

jueves, 27 de mayo de 2010

Bienvenida





Hola.

Espero que este espacio se nutra con las preocupaciones de docentes inquietos por compartir sus experiencias que les han servido, para impartir las matemáticas, y que ayude a borrar el estigma de que "las matemáticas son el coco de todo ser humano."

Bienvenidos, y a participar compañeros docentes.